Una masiva afluencia desde primeras horas de la mañana y cruce de acusaciones de entre el oficialismo y la oposición caracterizan el arranque de la jornada de votación de las elecciones generales en Paraguay, donde este domingo 4.8 millones de ciudadanos están llamados a las urnas para elegir presidente de la República, senadores, diputados, gobernadores y concejales departamentales.
La principal incógnita, según las encuestas de los últimos días, es si Santiago Peña, candidato del oficialista Partido Colorado, se impondrá o no al opositor Efraín Alegre, líder de la Concertación, un conglomerado de partidos de centro izquierda. Las encuestas más recientes arrojan un empate técnico entre ambos aspirantes.
La apertura de las mesas de votación comenzó a las 7:00 horas locales (5:00 horas en el centro de México) en el inicio de una jornada que se prevé que sea de intenso calor, y aunque las autoridades aún no han facilitado datos de participación, las imágenes de los canales de televisión dan cuenta de largas filas en los locales de votación.
El sufragio en Paraguay es obligatorio, pero las sanciones en caso de abstención son tenues y en la mayoría de los casos no llegan a implementarse, de modo que en la práctica, la asistencia a las locales de votación tienen un alto grado de voluntariedad.
Tanto el oficialismo como la oposición se han acusado de inducción al voto en varias mesas. El coloradismo habla incluso de “intentos de conatos de violencia en algunos locales del centro del país”, mientras que la oposición asegura que en un local de Yby Pytá (interior del país) grupos armados vinculados al narcotráfico y al oficialismo están impidiendo ejercer el derecho al voto.
En el local electoral donde sufragó el expresidente Horacio Cartes, miembros de su equipo de seguridad arrojaron al suelo al periodista de ABC Color Brian Cáceres cuando el informador intentaba hacer algunas preguntas al también presidente del Partido Colorado, quien a finales de enero las autoridades de Estados Unidos sancionaron por considerarlo “significativamente corrupto”.
Los paraguayos residentes en el extranjero también están emitiendo su voto en las 17 mesas instaladas en Argentina, Brasil, Estados Unidos y España, países donde se concentra la mayoría de la comunidad emigrante.
Incidentes en varios centros de votación
En una tarjeta informativa compartida con Aristegui Noticias este domingo, Daniel Zovatto, director regional del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (Idea), señaló que las elecciones arrancaron “con mucha expectativa”.
Destacó que un total de 4.782.940 paraguayos y paraguayas están llamados a las urnas en 1,140 locales de votación en Paraguay, con 12,171 mesas receptoras.
“La jornada cívica comenzó con algunos incidentes menores en instituciones educativas habilitadas para la votación”, dijo, al tiempo que refirió denuncias cruzadas entre el Partido Colorado y la oposición.
La crispación va en aumento con incidentes en varios centros de votación. El candidato opositor Efraín Alegre denunció que “a punta de pistola”, sujetos retuvieron a sus representantes en un centro de votación del departamento de Canindeyú, por lo que pidió la intervención de las fuerzas de seguridad.
Los electores tienen solo tres minutos para estar dentro del cuarto oscuro al votar, según la ley electoral. El cierre de las mesas está previsto para las cuatro de la tarde.
Gane quien gane, los desafíos del futuro presidente “serán mayúsculos”: Zovatto
Gane el candidato oficialista Santiago Peña o el opositor Efraín Alegre, los desafíos de Paraguay tras las elecciones generales de este domingo “son mayúsculos”, aseguró Daniel Zovatto, director regional del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral, en una entrevista con la agencia EFE.
“La gobernabilidad del país está en el centro de la agenda”, aseguró.
Las encuestas pronostican un resultado muy ajustado, con la posibilidad de una alternancia en el poder.
“Pero la noticia, además de empate técnico, es el fuerte crecimiento que está registrando un tercer candidato, Payo Cubas, en las últimas semanas, que ha pasado del 15 % al 23%”, apunta Zovatto.
“No creo que le alcance para ganar y competir, porque esta es una elección a una sola vuelta”, precisa este politólogo y jurista argentino, que ha participado en más de cincuenta misiones de observación electoral.
La elección de este domingo es la octava desde el retorno de Paraguay a la democracia. El Partido Colorado, de centro derecha, ganó en seis ocasiones. La oposición, sólo en 2008, con el exobispo Fernando Lugo, de izquierda. De modo que salvo el paréntesis 2008-2012, el coloradismo ha gobernado ininterrumpidamente desde 1947, incluyendo la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).
“Estamos ante un hecho inédito”, apunta Zovatto, quien señala que este largo ejercicio de poder le permite al coloradismo disponer de muy buen control e implantación en todo el territorio, una red de funcionarios públicos y un altísimo nivel de afiliación”
A pesar de que los paraguayos desconfían mayoritariamente en el órgano electoral (sólo un 13 % lo respalda, frente al 31 % de promedio en América Latina), el director de IDEA estima que “el sistema electoral es lo suficientemente transparente como para garantizar que estas elecciones sean creíbles”.
“Otra cosa es el financiamiento político y hasta qué punto la competencia se genera en condiciones de equidad, porque ahí el oficialismo siempre lleva la ventaja”, agrega
La financiación política está conectada con el problema de la corrupción. El pasado 27 de enero, Estados Unidos sancionó al vicepresidente paraguayo, Hugo Velázquez, y al expresidente Horacio Cartes (2013-2018). A éste último lo calificó como “una persona significativamente corrupta”.
Pero eso no fue obstáculo para que Cartes se quedara con la presidencia del Partido Colorado y para que su delfín político, Santiago Peña, se impusiera en las elecciones internas del oficialismo.
Las sanciones estadounidenses “sí han tenido efecto del punto de vista financiero, porque han obligado a el expresidente Cartes a reacomodar sus negocios y eso ha generado una merma en la disponibilidad de recursos” para la campaña electoral, una campaña “que no se ha caracterizado precisamente por una discusión en profundidad”, apunta Zovatto.
A juicio del director regional de IDEA, el opositor Efraín Alegre, “con un fuerte discurso antimafia y anticorrupción”, se ha centrado en que llegó el momento de la alternancia, mientras que el oficialista Santiago Peña habla de “cambio dentro de la continuidad”.
“No ha habido programas, ni una discusión técnica, precisa, rigurosa. Lo que necesita Paraguay es poder recuperar el crecimiento económico, porque el país ha quedado muy golpeado por la pandemia, la sequía y la desaceleración económica”.
En efecto, Paraguay experimentó una fuerte desaceleración de 2019 a 2022, año en que el crecimiento cayó por debajo del 1 %.
Las proyecciones para 2023 hablan de un 5,3 %, un ritmo necesario para afrontar desafíos la desaceleración de la inflación, la generación de empleo y la deuda social generada por la pobreza y la bajísima calidad de la salud y la educación, detalla Zovatto.
En materia de relaciones internacionales, el analista considera que las inversiones China en el sector agrícola y ganadero pueden inclinar la balanza en favor de Pekín y que a medio plazo Paraguay acabe rompiendo relaciones con Taiwán.
La creciente influencia del gigante asiático también podría presionar a favor de destrabar y poner en marcha de una vez por todas el Acuerdo de Asociación Estratégica entre la Unión Europea y el Mercosur, negociado durante veinticinco años, “porque de lo contrario el retraso le sigue abriendo oportunidades muy importantes a China, que actúa con mucha más celeridad”, explica Zovatto.
Este experto politólogo no descarta que el presidente de Paraguay que salga elegido este domingo se posicione junto a Uruguay y haya que renegociar las cláusulas del Tratado de Asunción (el acuerdo fundacional del Mercosur, firmado en 1991) para dar cabida a las negociaciones comerciales con China.
Y también que le planteé al presidente Luiz Inácio Lula da Silva la necesidad de renegociar el Tratado de Itaipú, en virtud del cual Paraguay le vende al coloso sudamericano la energía excedente de esta central hidroeléctrica, la segunda mayor del mundo y la primera de Latinoamérica.
“Habrá que ver cómo queda integrado el Congreso para analizar las condiciones de gobernabilidad con la que el nuevo presidente deberá enfrentar la agenda de grandes desafíos que Paraguay tiene delante”, concluye el director regional de IDEA.
(Con información de EFE y Aristegui Noticias)