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“En México los criminales no necesitan ser genios”: Mario Muñoz

Un asesino ronda la ciudad petrolera de Paracuán, su misión es matar a un periodista. Son los setenta, cuando el crimen organizado todavía no era lo que hoy es. El detective encargado del caso es “Travolta” (Carlos Aragón), un policía parece más interesado en archivar la investigación que en resolverla.

Sus intenciones toparán con el trabajo del policía Vicente Rangel (Leonardo Ortiz Gris) y la una reportera de la Ciudad de México (Sofía Espinosa), quienes harán hasta lo imposible por encontrar al criminal y llevarlo a prisión.

Inspirada en la novela homónima de Martín Solares, Los minutos negros, es una película de Mario Muñoz que tras ganar tres premios Ariel (coactuación masculina, diseño de arte y vestuario) llega la plataforma Vix+.

¿Cómo llegaste a la novela de Martín Solares?

Por casualidad, la realidad es que estaba pensando en mi siguiente proyecto. Solo sabía que me interesaba hablar más sobre México y sus conflictos, en eso andaba cuando entré a una librería y en la mesa de novedades vi la novela, lo compré y me fascinó. De inmediato busqué a Martín porque sabía que de ahí saldría mi siguiente película, lo que no sabía era que me tomaría catorce años.

¿Tener a Martín Solares como guionista ayudó o limitó tu libertad?

Al mismo tiempo ayuda y complica. Obviamente quería tener a mi lado su imaginación desbordada, pero al mismo tiempo tanto a él como a mí, nos costó trabajo alejarnos de la novela. Poco antes de entrar a filmar, necesitábamos hacer unos ajustes por cuestiones de producción y presupuesto, se los propuse y los aceptó. Creo que fue ahí cuando Martín vio que la película sería Los minutos negros, de Mario Muñoz.

¿Cómo diste forma al diseño sonoro y los elementos visuales?

Intuitivamente sabía cómo debía ser y para compartirlo con el equipo me serví de referencias. Hay mucho cine mexicano de los setenta, pero lo que más me interesaba es que hubiera film noir con todas sus variaciones. Para entender cómo se constituye vimos juntos muchas películas de este género, esto nos permitió separamos de toda la narrativa que hay en México sobre el crimen porque tiende al realismo. Al final no hicimos un film noir sino un tropical noir porque en lugar de una gran ciudad teníamos palmeras, calor y Rigo Tovar.

La película respeta la construcción de personajes arquetípicos: la autoridad corrupta, un policía íntegro.

Cierto, hay mucho de eso. Me inspiré mucho en el guion escrito por David Mamet para la película Los intocables, de Brian de Palma. En un momento el personaje interpretado por Sean Connery le dice al Elliot Ness, de Kevin Costner: “El tema de agarrar a Capone no es saber dónde está, todo mundo lo sabe, el problema es quién quiere agarrarlo”. Los minutos negros es una película de este estilo. En México los criminales no necesitan ser genios, hay tanta corrupción y malas formas que con eso es suficiente para que no los agarren, por eso me importaba mostrar el conflicto moral: si ya sabes quien es el asesino, ¿qué haces con él?

Entre la escritura de la novela y el estreno de tu película, hay más de catorce años distancia y la historia no ha perdido vigencia.

Eso me parece tremendo. La novela de Martín está basada de manera muy libre en un hecho ocurrido en Tampico hace cincuenta años y creo que esa es parte de la magia que tiene la historia. Se teje con un hilo que hoy conecta con la realidad en asuntos tan candentes como la violencia contra los periodistas. En el libro aparece el tema del petróleo, pero no de una manera tan importante como en la película y hoy vemos es de nuevo un asunto central de la vida nacional.

En paralelo de los temas, Los minutos negros es una película entretenida, ¿cómo le diste ritmo?

Intento crear el cine que me gustaría ver; un cine donde no tenga que elegir entre entretenimiento y grandes pretensiones artísticas. Una película puede ser un montón de cosas más, puedes hablar problemas nacionales o de la condición humana, pero de una manera entretenida. Me parece que esta todavía es una asignatura pendiente en México.

¿Crees que todavía se piensa que lo accesible o entretenido, banaliza temas como la violencia?

Entiendo que esa idea puede ser cierta, sucede. Sin embargo, como artistas o cineastas nos toca encontrar formas accesibles a la audiencia. Puedes interpretar Los minutos negros como una película de policías, pero también la puedes desde el punto de vista de la corrupción. Tal vez nos falta tener confianza en el público como alguien capaz de sacar sus propias conclusiones. Me cuesta trabajo pensar en que el cine solamente es bueno si es denso. Muchas obras de los grandes cineastas son tremendamente accesibles.

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