CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).-Estridente rock e incesante “slam” erigieron el segundo episodio del festival Hell and Heaven en el Foro Pegaso de esta ciudad, estelarizado el sábado 3 por Slipknot y Judas Priest.
La diversidad de bandas detonó las energías en los cinco escenarios, contando con los paralelos Hell Stage y Heaven Stage, así como el Modelo Stage, True Metal Stage y New Blood Stage.
El catártico “slam” liberó intensas energías, dando las primeras muestras con la agrupación Acidez, originaria de Guadalajara. Chicos y chicas metaleras, incluso padres ilustrando a sus pequeños hijos en el arte de danzar entre empujones, estallaron las buenas vibras realizando círculos de poderoso slam. Así se contó con grandes presentaciones como la de los Garrobos, surgidos en tierras chilangas en 1996.
La celebración rocker gozó de grandes alternativas, como el de los metaleros nacionales S7N y los Espécimen desde Tijuana, así como los estadunidenses Ill Niño, grupo de nu metal y metal alternativo de raíces latinoamericanas. Las catacumbas de los polacos Behemoth rezumbaron de brutalidad hechizando a los reunidos.
Danzas macabras
Magistral gala de rock regaló la leyenda inglesa Judas Priest (Sacerdote de Judas).
La banda surgida hacia 1969 en Birmingham ilustró a sus coetáneos y a las nuevas generaciones de adeptos, con la genialidad del vocalista Rob Halford junto a sus camaradas: el bajista Ian Hill, los guitarreros Glenn Tipton y Richie Faulkner, así como el bataco Scott Travis.
Al grito de “¡Judas, Judas, Judas!”, las multitudes recibieron las cortes “Electric Eye” y “Riding on the Wind”. Desde los primeros pasos Halford engalanó de maestría en su variedad tonos vocales, sorprendiendo a los respetables que se contagiaron de las buenas vibras del cantor de 71 años de edad.
La velada destacó por “Judas Rising”, “Devil’s Child” y “Turbo Lover”. Integrando al festín “Breaking the Law” y “Living After Midnight”.
El acto estelar llegó entonces: la banda gabacha Slipknot (Nudo corredizo) rasgó la demencial “Disasterpiece” y “Wait and Bleed”. Una escenografía postapocalíptica y sonidos ásperos edificaron el espectáculo al mando del vocalista Corey Taylor.
El ensamble oriundo de Iowa, donde todos sus integrantes aparecen con macabras máscaras, hechizó en ritmos crudos. A su vez, el líder fue siempre amable; en incesante diálogo se dio a entender hablando español entrecortado, logrando una íntima conexión con su gente a la que reconoció como su “familia”:
“¡Oh, me encanta México! ¡Te amo, te quiero!” –dijo el enigmático Corey al son de “The Dying Song (Time to Sing)”. Electrizaron “All Out Life” y “Sulfur”. Fuentes lengüeteando llamaradas y centellas de pirotecnia diseñaron la presentación, que fue volando velozmente en el tiempo para el acto magno que duró más de una hora.
Se escuchó “The Heretic Anthem” y “Psychosocial”, sumando “Duality”, “Custer” y “Spit It Out”.
Slipknot finalizó en locura generalizada, transfigurando el espacio en un manicomio de aullidos frenéticos de felicidad, despidiéndose en “People = Shit” y “Surfacing”. La última fecha de este domingo 4 significará el adiós de los escenarios de los míticos Kiss (aunque usted no lo crea), además se contará con Megadeth y Anthrax para cerrar con broche de oro los paraísos infernales toluqueños del Heaven & Hell 2022.