El mundo está cambiando radicalmente. La llegada de la pandemia de COVID-19, la guerra entre Rusia y Ucrania y los crecientes conflictos en el mundo han provocado una serie de cambios a nivel global que si bien, son causantes de la permutación internacional, también han abierto áreas de oportunidad, principalmente a nivel económico.
La pandemia y la guerra han causado serios problemas en las cadenas de suministro y las exportaciones, sin embargo, México está surgiendo como un país clave en un escenario comercial denominado como nearshoring.
El nearshoring es un concepto que se explica como la relocalización de las empresas, que derivado de los problemas en las cadenas de suministro, están buscando salir, principalmente de Asia y redirigirse a nuestro país y establecerse, aprovechando la proximidad con Estados Unidos, el mayor importador mundial y la cercanía comercial impulsada por el Tratado de Libre Comercio T-MEC.
Es Porfirio Díaz a quien se le atribuye la frase: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca a los Estados Unidos”, pero hablando en un plano estrictamente económico, hoy esa cercanía es una ventana hacia un nuevo modelo comercial que puede dar al país muchos dividendos.
En un reciente estudio realizado por la firma Statista, sobre los proveedores de las importaciones en México, el primer es Estados Unidos, seguido de China, Japón, Alemania y Corea del Sur.
En estos momentos de tensión política mundial, EUA y China experimentan una relación compleja y decadente, por lo cual, México ha ido ganando terreno, colocándose en un escenario favorable para que más empresas adopten el nearshoring y se concentren en nuestro país.
Es cierto que la mano de obra no es tan económica como la asiática, sin embargo, México cuenta con herramientas competitivas que sirven de balance, como los gastos logísticos en el traslado de mercancías y la reducción de riesgos por las distancias.
Así, el comercio exterior, tan afectado por la pandemia, están encontrando alternativas para optimizar las cadenas productivas y el nearshoring es una de ellas.
De acuerdo con el Nearshoring Tracker elaborado por Credit Suisse, el nearshoring en México ha registrado 16,000 millones de dólares en inversiones potenciales y atrajo al menos 20 proyectos de inversión solo en octubre pasado, los cuales sumaron casi 2,050 millones de dólares.
Entre los interesados que se están trasladando de Asia a Estados Unidos y México están fabricantes de electrónicos y de sectores industriales como automotriz, aeroespacial, dispositivos médicos, entre otros.
Al respecto, el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index) instó a que se sumen esfuerzos en pro del nearshoring, ya que esta tendencia debe ser aprovechada, tanto por empresas como por el gobierno.
Mientras Estados Unidos y China parecen tener una relación cada vez más fría y alejada y pelean por el liderazgo mundial, México está buscando aprovechar la relocalización de empresas, pero también busca generar alianzas en países de Oriente y Medio Oriente como India, Rusia, China y Emiratos Árabes Unidos, sin dejar atrás los avances del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea.
Hace unos días, el Banco de México publicó su Reporte de Economías Regionales, donde señala que 16% de las empresas mexicanas con más de 100 trabajadores declaran haber sido beneficiadas por el nearshoring, mientras que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), analizó que nuestro país podría captar hasta 35,000 mdd al año gracias a la relocalización empresarial.