Durante la tarde del jueves, Twitter cerró sus oficinas y suspendió el acceso a las tarjetas de identificación y a los ordenadores de trabajo de la compañía “para ayudar a garantizar la seguridad de cada empleado, así como los sistemas de Twitter y los datos de los clientes”.
Además, durante la mañana de este viernes, los trabajadores que han sido despedidos han sido notificados a través de su correo personal, mientras que los que han permanecido en la empresa lo han sabido por medio de sus correos de empresa, generando incertidumbre durante toda la noche a los empleados de la compañía.