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Pablo Ahmad: “Mezclo el tango con lo que sea”

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El cantante Pablo Ahmad, de Villa Urquiza, Argentina, pero con más de dos décadas radicado en México, mezcla el tango con muchos ritmos.

Fue por un compañero de primaria que empezó a centrarse en la música. Platica en entrevista que lo habían cambiado de escuela cuando pasó a segundo grado y el primer día un chico, que sigue siendo su amigo, se le acercó y le preguntó si le gustaba la música:

“Ahí me di cuenta que estaba rodeado de música todo el tiempo, pero nunca lo había percibido. Mi amigo Marcelo me cantaba canciones en inglés de los sesenta porque su papá era roquero. El papá grababa pistas y empezó a cantar en los actos de la escuela.

“Yo le insistí a mi amigo que grabáramos juntos. Y en 1990 por primera vez canté en un acto en inglés y con melodías de los años sesenta. Me lo tomé muy enserio. A eso que me quería dedicar. Después empecé a estudiar música clásica y luego empecé a tocar en bandas de rock y traté de aprender a tocar diferentes instrumentos, nos pasamos los instrumentos en las bandas, hasta que apareció el bandoneón y ahí hubo una diferencia. A la gente le llamó más la atención”.

Rememora que en ese momento no se hablaba mucho del tango:

“El tango se muere, renace, muere y vuelve a renacer. Los roqueros de pronto jugueteaban un poquito, pero no es como ahora para bailar. Pero era raro que un chico de 19 años de edad tocara bandoneón y quisiera cantar”.

Se trasladó a Mérida, Yucatán, a trabajar con la argentina Silvia Káter, a su conjunto Tango Son. Y al año y medio se cambió a la Ciudad de México, donde conoció a César Olguín, quien más tarde fue su maestro de bandoneón.

En noviembre pasado se presentó en el Teatro Metropolitan por sus 20 años de Tango-Rock:

“Mezclo el tango con lo que sea, y me falta todavía un montón de géneros. El tango y el bolero son muy parecidos, aunque algunos dicen que no. Para mí sufren de la misma manera, la que se fue…, en fin. La diferencia es el clima. El tango es un clima húmedo y capitalino y el bolero es tropical. Con el tango se toma vino y con el bolero, tequila o mezcal. He fusionado con muchos ritmos, cumbia, balada, en fin.

“Quizá hay una cuestión ahí antropológica de cada género. Es decir, cada género nace por algo en un algún lugar, como el blues en los campos de algodón y el candombe con los negros africanos esclavos que llevaron a Uruguay. Me encanta la historia musical y trato de aprender siempre cosas. La otra vez me aprendí bien la historia de ‘La cumparsita’ (un tango) porque había muchos huecos que no me llenaba. Nació en Uruguay”.

–¿Cómo empezó a mezclar?

–Los géneros son parecidos en muchas cosas, pero igual los mezclo por mezclar, porque se me ocurre. No hay una metodología. Siempre trato de meterle el bandoneón a una melodía y termino haciendo un arreglo. En una entrevista dije en broma que era el inventor del tango-cumbia- rock, pero en realidad las músicas están ahí. Se pueden combinar, y en ese camino me metí. El tango es una mezcla de ritmos, lo mismo el blues. Y todo tiene que ver con todo. También con las influencias europeas, en realidad no hago más que seguir mezclando y luego desmenuzar. Por eso efectué un álbum que se llama ‘Un poco de tango y un cacho de todo’.  Me define muy bien.

Otros de sus discos son “Homenaje a Gastón Martínez Matiella” y “El delivery de tangos”.

Ahmad deja claro que el bandoneón determina su estilo:

“Ese instrumento me permite hacer cualquier cosa. Además tengo una dicotomía de cantante y cantor, el cantante es más pop rock y el cantor es por el tango. Tal vez el más marcado es el tanguero. Y uno siempre imita cuando empieza, yo imitaba a Bersuit Vergarabat  y Fito Páez, pero nunca me salió. Creo que el estilo te lo dan las limitaciones que uno posee.

“Uno debe encontrar el estilo. Yo conozco gente que todavía está buscando su estilo y no lo encuentra, y hablo de gente de cuarenta años para arriba, y son buenos músicos, cantantes y productores, no me refiero a que no sean famosos. Y hay una chava cantante que lo pusieron todo el dinero, y no pasó nada. No sólo es dinero. Pero el  estilo se va encontrando, también va cambiando el estilo porque el artista va cambiando”.

Pero a Ahmad le gusta tocar  y cantar lo que le divierte y se graba en su estudió. También es productor:

“Con mi banda llevo nueve años tocando. Tengo mucha afición por los instrumentos. Entonces trato de grabar todo yo y a veces no logro lo que tengo en la cabeza, y al final lo escucho, y me doy cuenta que soy yo”.

Gracias a su estudio pudo aguantar el encierro por la pandemia.

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