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John Kerry; de Londres a Sonora | Artículo

Por Alberto Vizcarra Ozuna

El ex senador norteamericano John Kerry, se despliega en el mundo como el embajador especial del gobierno de los Estados Unidos, en materia de “cambio climático”, ese supuesto que le imputa a las actividades humanas y particularmente a las relacionadas con el giro agroindustrial -por las emisiones de dióxido de carbono- la culpa del presumido calentamiento global y del cambio en el clima.

Antes de llegar a la ciudad de Hermosillo Sonora, este viernes 28 de octubre, para tener una reunión con el presidente López Obrador y los integrantes del gabinete mexicano, relacionados con la generación de energía, Kerry había estado en la Ciudad Londres, en el Chatham House, sede de la vieja política imperial británica y laboratorio de la teoría que en aras de protegernos del “Armagedón climático”, propone una gran salto hacia atrás, al que denominan el “gran reinicio”, que pretende regresar a la economía mundial a formas primitivas de producción con fuentes de abastecimiento energético que caracterizaron a la edad media.

John Kerry, visitó una Inglaterra abrumada por una crisis económica que obligó a la renuncia de su primera ministro, Liz Truss, quien no pudo sostenerse en el gobierno más de 45 días, precisamente como resultado de que el archipiélago inglés y buena parte del continente europeo tienen más de treinta años apostándole a las llamadas “energías limpias”. Han descuidado las energías fósiles y abandonado, como es el caso de Alemania, la energía nuclear. El desabasto de gas proveniente de Rusia, derivado del conflicto militar con Ucrania, descubre que la condición intermitente de la energía solar y eólica, no puede suplir la ausencia de las energías fósiles, menos a la energía nuclear. El Londres que dejó Kerry, como gran parte de Europa, sufren incrementos exponenciales en los costos de energía y esperan con temor la llegada del invierno. Los gobiernos de Alemania y Polonia, ya emitieron autorizaciones para que sus poblaciones salgan a los bosques a cortar leña para poder calentar sus hogares.

Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores, y anfitrión del embajador climático, informó que éste había volado desde Londres, con una escala técnica en Phoenix, Arizona, para cubrir el encuentro en Sonora. Se advierte que la visita de Kerry fue para asegurar la adhesión de México a las políticas energéticas que establece el “gran retorno”, las mismas que fracasaron en Europa y que la hunden en la desintegración económica y social. Traía en su maleta los males como remedio.

En la conferencia de prensa, tanto Ebrard como Kerry, adelantaron que México, Estados Unidos y Canadá, como bloque comercial, presentarán una postura común en la Cumbre número 27 sobre cambio climático que se realizará del 6 al 18 de noviembre en Egipto.

Para los parámetros racionales y la observancia de los principios elementales de funcionalidad de una economía y una sociedad humana, estas políticas resultan inviables y descabelladas. Pero lo racional no ha tenido mucho vínculo con la larga tradición imperial, ésta se ha mantenido más cerca de lo brutal. Regresar al mundo a formas de suministro energético de baja densidad de flujo, similares a las utilizadas en la baja edad media (1350-1470), exige reducciones drásticas y aceleradas en la población del planeta. Y esos son los planes que subyacen detrás de la mascarada con la que se defiende al mundo de los “efectos del cambio climático”.

Por eso la resistencia de naciones como China, Rusia, la India; los países africanos y algunos de América Latina, que no aceptan la renuncia a su desarrollo y la imposición del colonialismo encubierto en un ecologismo torcido. En México, desde la dirección de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, es el funcionario federal que ha asumido la responsabilidad de revertir las reformas que durante los últimos doce años, han pretendido que intereses privados, bajo el garlito de la obligatoriedad del uso de las energías limpias, se apoderen del mercado eléctrico nacional. Barttlet documentó los fraudulentos contratos que convertían a la CFE en la subsidiaria de la condición intermitente de la generación privada de energía solar y eólica.

Pero no todos los integrantes del gabinete de López Obrador comparten la misma convicción en la defensa del sector eléctrico nacional. En la conferencia conjunta de Marcelo Ebrard con John Kerry, el secretario de relaciones exteriores, presentó una postura de adhesión incondicional a los propósitos de la agenda climática global y en particular a los compartidos con los Estados Unidos y Canadá. Se comprometió a acelerar la transición de México a una “economía de energías limpias” y señaló que en los acuerdos con Norteamérica se había hecho una adición la cual compromete a México “a hacer crecer mucho más rápido la energía solar, geotérmica, eólica e hidráulica”. Hizo notar el compromiso en el que han metido al país, para que camine al ritmo establecido por los Estados Unidos de ser una economía sin carbono para el año 2035. Y fue enfático, “sin carbono, quiere decir no solo la exclusión del carbón, sino todo lo que sea fósil”.

Cumplir tales metas en una década, infiere un desastre económico y social cuya proporción es inimaginable, salvo con la aceptación de una sociedad tribal de conducta nómada, cuyos requerimientos energéticos se equiparen a los demandados por las sociedades de caza y recolección.

Durante los últimos años México viene administrando la presión abrumadora del neocolonialismo verde. El peso de su brazo se deja sentir con mayor fuerza en las zonas del norte del país, donde han forzado la instalación de parques fotovoltaícos y eólicos. Sonora se pretende convertir en uno de los lugares emblemáticos de estas políticas. Está en proceso de construcción un parque de paneles solares sobre el gran Desierto de Altar, cercano a Puerto Peñasco, y presumido como el más grande de América Latina, así como plan piloto para que el país entero arribe a la “condición idílica” de una “economía descarbonizada”.

Se contempla que los mil MW de capacidad nominal que proyecta generar el parque solar del Desierto de Altar, serán exportados para atender la demanda del sur de los Estados Unidos. Es previsible que estos contratos entren en la misma condición fraudulenta que documenta Barttlett Díaz, y que la CFE termine siendo la fuente de soporte base para cubrir la condición intermitente del afamado parque solar sonorense. Un subsidio directo del gobierno de México al mercado eléctrico norteamericano en un esquema maquilador de energía. Si el gobierno sigue cediendo frente a estas presiones, en el camino los intermediarios políticos y empresariales, harán muchos negocios y también fortunas, lo cual está muy lejos de llevarle crecimiento económico y bienestar social a Sonora y a México.

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