CIUDAD DE MÉXICO (apro).— Una eventual recesión estadunidense en la segunda mitad de 2023, arrastraría a la economía mexicana a una contracción “corta y poco profunda”, reveló Bloomberg Economics.
De acuerdo con la firma, ante tal escenario donde el Producto Interno Bruto (PIB) retrocedería alrededor de 0.7%, no se espera que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador adopte algún plan de estímulo significativo.
“El presidente Andrés Manuel López Obrador ha demostrado ser un halcón fiscal, y eso es poco probable que cambie. No esperamos que el gobierno adopte ningún plan de estímulo significativo para contrarrestar una recesión en Estados Unidos”, señaló el reporte.
Agregó que el presidente también ha dejado en claro que no abandonará su retórica nacionalista, que “ya es un lastre significativo para la inversión y el crecimiento”.
Una recesión en la Unión Americana afectaría a México a través de tres canales:
Por una parte, reduciría la demanda de exportaciones mexicanas de bienes y servicios.
En 2021 totalizaron 419 mil millones de dólares, lo que representó el 80% de las exportaciones totales y el 32% del PIB el año pasado.
Las principales exportaciones de bienes incluyeron productos electrónicos, vehículos, petróleo, alimentos y bebidas. Los principales servicios fueron viajes, transporte y finanzas. Las menores exportaciones afectarían el empleo en los sectores orientados al comercio de México, principalmente la manufactura, el transporte y la hospitalidad.
El segundo canal de transmisión es por las tasas de interés más altas que frenarían la inversión de empresas locales y extranjeras que apuntan al mercado estadunidense.
En este sentido, la inversión totalizó 255 mil millones en 2021 o 20% del PIB.
“Una recesión en Estados Unidos podría aliviar la inversión extranjera directa: casi la mitad de los 32 mil millones en 2021 se originaron en la Unión Americana. Se dirigió principalmente a la manufactura, el transporte, el comercio, la hospitalidad y la minería”, explicó el reporte de Bloomberg Economics.
Y, por último, un mercado laboral estadunidense más débil reduciría las remesas a México. Esas transferencias de efectivo totalizaron 49 mil millones de billetes verdes en 2021, o 4% del PIB. La mayoría se destinó a hogares de bajos ingresos y se destinó al consumo.
El reporte acotó que la inflación por encima del objetivo y las altas tasas de interés de Estados Unidos limitan la capacidad del banco central para combatir una recesión con estímulos monetarios.
“Los formuladores de políticas esperan que la inflación alcance su punto máximo este año y se desacelere en 2023, pero no ven que caiga por debajo del 4%, el extremo superior del rango objetivo, hasta 2024”, recordó.
También están preocupados por una alta tasa de fondos federales, aversión al riesgo y posibles salidas de capital que podrían provocar la depreciación del peso y la inestabilidad financiera.