Rebelión
Nacional

“El golpe traumático de la violencia tal vez empañe a dos o tres generaciones”: Natalia López Gallardo

En pleno proceso de divorcio Isabel (Nailea Norvind) se instala en el campo donde descubre que su ayudante María (Antonia Olivares) tiene una hermana desaparecida. Isabel le ofrece su ayuda para encontrarla y el destino de ambas queda entrelazado. Mientras tanto la comandante de policía, Roberta (Aida Roa), quiere rescatar a su hijo de los bajos fondos del crimen.

El azar cruza la vida de las tres mujeres y es entonces cuando, Manto de gemas, la nueva película de Natalia López Gallardo toma su verdadera dimensión: exponer el efecto y qué tan interiorizada tenemos la violencia en México.

Para la realizadora y ganadora del Oso de plata – Premio del Jurado, en el Festival Internacional de cine de Berlín 2022, una película debe apostar a convertirse en una experiencia que va más allá de la historia, una experiencia donde todos los elementos cinematográficos interpelan no solo a la realidad, sino también al espectador.

¿Cómo se construyen unos personajes tan fuertes y complejos, como las protagonistas de Manto de gemas?

Si uno se posiciona de una manera abierta, sin ninguna voluntad de imponer un significado o ideología de la realidad mexicana, los personajes surgen. Vivimos un momento muy complejo, donde conviven universos muy diferentes, donde nada es lo que parece y donde vivimos una naturaleza ambigua y contradictoria. Mi posicionamiento era mostrar una dimensión psicológica de nuestra realidad, ahí está el corazón de la película. No quería mostrar la violencia explícita, sino aquella que corre por debajo de la realidad y cuyas consecuencias vemos en la ruptura del tejido social o la falta de empatía.

Es tan cotidiana esa realidad que si apenas rascamos un poco descubrimos que estamos muy cerca de episodios de violencia.

Cierto. Ya no son eventos aislados, en algunos lugares de la república se viven con una intensidad masiva. Mi intención era mostrar esto desde otra perspectiva y con la intención de sensibilizarnos ante algo que parece natural. El capitalismo consumista tiende a neutralizar las tragedias, a envolverlas en un empaque atractivo para que se conviertan en productos de consumo.

¿Cómo construir un punto de vista distinto sobre un tema tan tocado en el cine?

Evitando el voluntarismo por imponer un código. La fuerza más importante en una película es la forma que uno construye para transmitir una visión personal; la confianza profunda en la gramática y sintaxis cinematográfica; confiar en el sonido; considerar a la narrativa como una parte más y no la reina del asunto; es decir darle su lugar a cada uno de los elementos. Esto nos permite algo más que contar una historia, nos permite construir una experiencia donde cada uno participa a partir de su subjetividad.

Hace poco escuché una conferencia de Steven Spielberg donde decía que la trama o la narrativa es la parte central de una película.

No estoy de acuerdo. Hay una fascinación por el hecho de contar una historia. Cuando uno está frente a una historia sostenida bajo un lenguaje simbólico de interpretación todo es más fácil porque el espectador nada más recibe, es como estar ante una pared que no te refleja. Estamos acostumbrados a entender y no a observar y cuestionarnos. No obstante, creo que el cine va más allá de la narrativa, para mí la narrativa es un instrumento más en la partitura de una orquesta.

En tu película, las mujeres son la columna de vertebral de sus familias.

Eso es algo muy propio de nuestra realidad. Es fácil encontrar a muchas mujeres que sostienen a sus familias y trabajan para ello. Por otro lado, me es natural identificarme con otras mujeres y preguntarme cómo podrían sentir.

Manto de gemas habla sobre el impacto y los aspectos psicológicos de la violencia, ¿ya trascendimos el pasmo ante tanto crimen?

Me gustaría pensar que sí y que de alguna manera estamos empezando a digerir este periodo, pero en ocasiones creo que hay muchas capas y que este proceso de degradación puede durar cientos de años. Sin embargo, creo que esto ya ha permeado nuestros inconscientes, ya hay un golpe traumático que probablemente empañe a las siguientes dos o tres generaciones. La herida es profunda y está en todos, aunque no nos demos cuenta.

Para la película trabajaste con actores profesionales y no profesionales, al tratar un tema tan cercano, ¿notaste diferencia entre ambos grupos en la forma de vivir la historia?

Cada quien interpreta la realidad que le es otorgada en un marco de experiencia limitado por valores, situación social, recuerdos, el lugar donde vive. Cada uno se acercó de manera diferente a los temas de la película, probablemente los actores naturales desde un lugar más vivencial, mientras que los actores más occidentalizados lo hicieron de una manera más reflexiva. La verdad es que me topé con un abanico de personas cómodas ante la ambigüedad, aceptando que lo que estábamos viendo no se podía juzgar y que más bien podíamos procesarlo a través de la empatía. No es una película sobre la herida de las madres o de los desaparecidos, es sobre la herida de todos. Si hay alguna manera de encontrar el comienzo de lo bello es a través de la idea de que estar separados es el pecado ontológico.

Enlace a la fuente

Notas relacionadas

TEPJF: Marko Cortés no cometió actos de violencia política de género en contra de Delfina Gómez

Rebelion

Estas son las 10 recomendaciones de la CFE para ahorrar energía en temporada navideña

Rebelion

Elecciones 2023. ​​’Vamos a prepararles la mudanza al PRIAN’, afirma Armando Guadiana desde Torreón 

Rebelion