El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lloró al hablar sobre la lucha contra el hambre en la nación sudamericana durante una reunión con aliados políticos en Brasilia.
El líder izquierdista se conmovió hasta las lágrimas cuando dijo que su misión al final de su mandato será acabar con la hambruna en Brasil.
“Nunca esperé que el hambre regresara a este país, jamás”, dijo Lula, quien redujo drásticamente el hambre y la pobreza extrema con la ayuda del auge de las materias primas durante su presidencia de 2003-2010.
El presidente electo también dijo que su administración priorizará “la supervivencia de la especie humana” en lugar de considerar el PIB, la economía o la macroeconomía.
En Brasil, la inflación desenfrenada y las consecuencias de la pandemia llevaron la inseguridad alimentaria a niveles casi irreconocibles hace una década, y uno de cada tres brasileños dice que ha tenido problemas recientemente para alimentar a sus familias.
Hace solo ocho años, Brasil alcanzó su objetivo de la ONU de eliminar la desnutrición generalizada antes de lo previsto.
Desde entonces, la proporción de brasileños que dicen que no pueden alimentar a sus familias en los últimos 12 meses se ha más que duplicado al 36%, según el grupo de expertos de la Fundación Getulio Vargas (FGV). (Reuters)