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Artista hace pinturas clásicas en las que aparecen robots en lugar de personas

Las galerías no estaban interesadas en su trabajo hasta que un coleccionista de arte local le propuso renovar un edificio con una pintura de un tema mecánico

El mundo del arte no deja de soprendernos a diario. En este caso se trata de Agnieszka Pilat, quien comenzó su carrera como pintora e ilustradora clásica.

Originaria de Polonia, luchó por entrar en la competitiva escena artística de San Francisco. Las galerías no estaban interesadas en su trabajo y se sentía aislada, hasta que un coleccionista de arte local le propuso renovar un edificio con una pintura de un tema mecánico.

Esa experiencia revolucionó su carrera artística. De repente, las galerías se interesaron por su trabajo y empezó a ganar algo de dinero. “En cierto sentido, pintar una máquina realmente me conectó más con la gente”, confesó Pilat, citada por el portal Wired.

La artista vio videos de Spot, perro robótico de Boston Dynamics, y deseó conocerlo y tal vez incluso dibujarlo. Al enterarse de eso, la compañía tecnológica la invitó a visitar sus instalaciones en el estado de Massachusetts. La intención original de Pilat fue “hacer un pequeño boceto”, pero ese boceto se convirtió en un año de bocetos y pinturas con docenas de encuentros con algunos de los robots más avanzados del mundo.

Este jueves, Pilat inauguró en San Francisco una exposición, llamada ‘Renaissance 2.0’. La muestra presenta varias pinturas modeladas en su mayoría a partir de imágenes clásicas del Renacimiento, incluido el ‘Hombre de Vitruvio’ de Leonardo da Vinci y la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. Pero en lugar de personajes humanos, se ven los robots Spot y Atlas.

Aparte de eso, Pilat trabajó en una serie de imágenes con Spot, composiciones que resultaron mucho más abstractas. La artista enfrentó desafíos con su operación, tratando de pintar una imagen 2D con un robot optimizado para orientarse en un entorno 3D.

Spot sostenía diligentemente una barra de óleo en su garra de cuatro puntas e hizo todo lo posible por seguir las órdenes, pero la traducción no siempre fue fácil. Crear líneas horizontales era casi imposible, pero, la experiencia de trabajo con el robot hizo que Pilat apreciara la belleza dinámica de la mano humana. “Es tan asombrosa comparada con la de un robot. Entender cómo apretar el instrumento y, si se desliza un poco, cómo reajustarlo

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