Del 6 al 18 de noviembre se lleva a cabo la Cumbre del Clima (COP27) en Egipto, donde casi 200 países invitados buscarán acuerdos para enfrentar el impacto del cambio climático derivado de la guerra entre Rusia y Ucrania y la crisis económica mundial, que en los últimos meses ha provocado miles de muertos, millones de desplazados y miles de millones de daños materiales.
Alrededor de 40,000 participantes se han inscrito en las conversaciones de este año y en ese marco, el presidente de la COP27, Sameh Shoukry, mencionó que se necesita “una participación más eficaz y amplia de todas las partes relevantes de los actores no estatales cuyo papel es igual de importante que el de los Estados, es decir, el sector privado”.
Las acciones que el ser humano realiza en contra del equilibrio en la naturaleza son una grave amenaza para el planeta. Los expertos calculan que de continuar aumentando al ritmo actual, el calentamiento global alcanzará a 1.5 °C más entre el año 2030 y el 2050, impactando a la biodiversidad y los ecosistemas, entre ellos las especies animales y vegetales.
La deforestación, el desarrollo agrícola y el cambio climático son agentes causantes del incremento en enfermedades transmitidas.
A finales de 2020, los gobiernos del G20 habían comprometido 233,000 millones de dólares para respaldar la producción y el consumo de combustibles fósiles en comparación con los 146.000 millones de dólares para respaldar alternativas de energía y transporte descarbonizadas.
En el más reciente informe mundial ‘FuturBrand Index 2022’, se revela que el cambio climático y los recursos finitos son ahora, tres años después de que comenzara la pandemia, la principal amenaza y la que más puede afectar a las empresas.
Los resultados de informe sugieren la necesidad de reevaluar las métricas y factores que convierten a una compañía en sostenible a través de su comportamiento social, ambiental y de buen gobierno, sin descuidar los aspectos financieros. De hecho, la firme sobre energía limpia NextEra Energy ocupa el primer puesto del estudio, seguida de Reliance Industries y CATL, el especialista en innovación para baterías eléctricas.
Por su parte, en el estudio: ‘Una región, un compromiso. Hacia una recuperación sostenible en América Latina y el Caribe’, realizado por el BID, explica que la región enfrenta actualmente un desafío importante dada su vulnerabilidad a los impactos del cambio climático, por lo cual, se deben experimentar transformaciones estructurales en busca de un mayor crecimiento económico.
La acción climática es un motor del desarrollo urbano donde la descarbonización de las ciudades puede verse como una oportunidad para obtener ganancias económicas a través de inversiones en planificación del uso del suelo, sistemas de transporte y movilidad, y eficiencia en energía, agua, residuos y edificios.
América Latina y el Caribe posee el 40% de la biodiversidad mundial, contiene siete de los 25 puntos críticos de biodiversidad, más del 30% del agua dulce global disponible y casi el 50% de los bosques tropicales del mundo.
En la región Latam, el 81% de la población vive en áreas urbanas, de las cuales el 76% representa la demanda de energía, concentran la infraestructura esencial para el desarrollo económico y social y mantiene el mayor potencial de generación de empleo debido a la transformación hacia una economía circular que, se estima que podría crear 10 millones de nuevos empleos en la región para el año 2030 mediante el reciclaje de plástico, vidrio, madera, metales y minerales.
Las empresas serán un elemento clave para impulsar una recuperación sostenible y un futuro más verde e inclusivo.
Recientemente se publicó la novena edición del informe Energías renovables y empleos: Revisión anual 2022, producida por la Agencia Internacional de Energías Renovables en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo, donde se revela que en 2021, el sector de las energías renovables alcanzó 12.7 millones de empleos, un aumento de 700,000 nuevos puestos de trabajo.
El informe revela que cada vez son más los países que crean empleo en las energías renovables, sin embargo, China por sí sola representa el 42% del total global, seguida de la Unión Europea y Brasil en América Latina con 10% y Estados Unidos e India con 7%, respectivamente.
De acuerdo con el gobierno de México, el cambio climático potencia los problemas sociales, económicos y ambientales existentes, tales como la pobreza, desigualdad social, escasez de alimentos, deterioro de la salud de la población y la degradación y pérdida de los recursos naturales.
A través de la Ley General de Cambio Climático, se busca promover atribuciones a municipios y la Federación para coordinar acciones, mejorar la transparencia e incluir atlas de riesgo.
Dentro de las acciones de adaptación en México para el cambio climático, se presentaron instrumentos económicos para enfrentar el fenómeno, tales como, el financiamiento de proyectos sustentables, de energía eléctrica, bonos verdes, Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, Certificados de Energía Limpia, subastas de energía eléctrica y mercado de carbono.
Las empresas frente al cambio climático
La ONU estima que el costo anual de los desastres naturales ronda entre 250,000 y 300,000 millones de dólares, frenando el progreso de millones de personas. Ante ello, las empresas contribuyen al desarrollo económico y su actividad tiene un efecto directo sobre el entorno y el medio ambiente.
La Agenda 2030 cuenta con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que incluyen, entre otros, la lucha para frenar el cambio climático, la defensa del medio ambiente o el diseño de las ciudades. Muchas empresas ya han sopesado riesgos y oportunidades que supone responder ante este problema y han incorporado a su propósito la sostenibilidad.
Hay oportunidades para las empresas que deseen ejercer un papel activo en el desarrollo de productos y servicios. El informe: “Climate Group: Sin deudas: el crecimiento de la economía con bajos niveles de emisión de carbono”, indica que el valor de mercado de las 85 mayores empresas de energías renovables alcanzó los 200,000 millones de dólares en 2020.
El más reciente informe de Planet Tracker sobre la escasez de agua derivado del cambio climático, revela que las instituciones financieras se han centrado en cuatro sectores: petróleo y gas, servicios eléctricos, carbón y metales y minería, las cuales están expuestas a riesgos significativos ante la escasez y contaminación del suministro de agua.
El informe encontró que 13,500 millones de dólares en activos ya están bloqueados y otros 2,000 millones de dólares están en riesgo debido a problemas de agua. Entre los proyectos que se incluyen están, el oleoducto Keystone en Canadá, la mina de oro Pascua-Lama, ubicado entre Chile y Argentina, la mina de carbón Adani en Australia y la instalación nuclear de Oyster Creek en EU.
Las Naciones Unidas pronostican un déficit global del 40% en el suministro de agua para 2030 según las tendencias actuales.