El actor Tenoch Huerta sostiene que México es un país racista que niega serlo. Con argumentos como “No es racismo, sino clasismo”, “Acá somos todos mestizos” o “Nunca hubo un sistema segregacionista como en Estados Unidos” negamos que hemos perpetuado la discriminación durante generaciones.
En Orgullo prieto, publicado bajo el sello Grijalbo y cuya publicación será a finales de octubre, el intérprete responde a preguntas sobre el racismo como, ¿qué es el racismo? ¿Cómo surge? Si realmente, ¿existe el racismo a la inversa? Y cómo se vive todos los días. ¿Qué es y cómo busca el mexicano asimilarse a los demás? ¿Es verdad que el mexicano desea confundirse entre los blancos? ¿Cómo la relación de blanquitud y éxito está tan arraigada en la sociedad que cuando un prieto logra éxito o reconocimiento, el inconsciente les dice que no debe ser tan moreno o morena?
Huerta sostiene que el racismo en México se da cuando discriminamos, limitamos o condicionamos derechos, oportunidades, puntos de vista, acceso a servicios públicos, mejores trabajos, ascensos, mejores sueldos, educación, salud, vivienda, entradas al antro de moda; cuando te tratan mal en el restaurante o fonda, o tu abuelita prefiere a tus primos menos prietos; cuando te dicen que hay que “mejorar la raza” o tus jefes repiten que “como te ven, te tratan” tan solo por no verte como el grupo dominante blanco: no te discrimina por quién eres, sino por cómo te ven los otros.