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Tribus y falta de unidad: ¿Morena tomará el camino que debilitó al PRD?

En poco menos de 10 años, Morena se ha convertido como la primera fuerza política de México, algo que el PRD no logró.

Morena nació de la fractura del PRD que originó el surgimiento de las corrientes políticas al interior del partido de izquierda, así como la división entre quienes apoyaban a Andrés Manuel López Obrador y los que no. Los cambios al interior del Sol Azteca, sus alianzas y la salida de sus principales figuras históricas, entre ellos Cuahtémoc Cárdenas, han tenido un efecto que le ha jugado en contra y que lo tiene hoy como la quinta fuerza política de México. ¿Se podría repetir la historia con Morena?

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AMLO anunció su salida del PRD en 2012, lo que puso fin a los rumores que venían tomando fuerza tras perder por segunda ocasión la elección presidencial, esta vez frente a Enrique Peña Nieto.

Ya previo a ese proceso electoral, en 2011 López Obrador comenzó con la conformación de su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que logró su registro como partido político hasta 2014 ante el antiguo Instituto Federal Electoral (IFE). Al haber un ambiente de crispación al interior del PRD, por su renuencia a reconocer el triunfo de EPN, con quien se fraguaba un acuerdo para la gobernabilidad, AMLO finalmente se desmarcó.

Mientras AMLO construía su camino para postularse por tercera vez, en 2018, y recorría para ello los municipios, rancherías y pueblos de la república mexicana; el PRD firmó el 2 de diciembre de 2012, un día después de la toma de posesión, el llamado “Pacto por México”, un acuerdo con el PAN y el PRI que garantizó el voto de todos los legisladores para las reformas estructurales de Enrique Peña Nieto.

El dirigente perredista que avaló firmar el pacto en 2012, fue el mismo que avaló la alianza electoral de Va por México en 2020, Jesús Zambrano, líder de la corriente de “Los Chuchos”

Entre la unidad y la fractura

Un camino que Morena deberá evitar será el surgimiento de corrientes al interior del partido, pues tal como ocurrió en el PRD se avecinarían divisiones y ello va en contra del acuerdo de unidad que busca el dirigente nacional guinda, Mario Delgado, que bien sabe cómo las tribus dañaron al Sol Azteca

Mario Delgado, quien militó en el PRD del 2005 hasta 2015, hacía llamados a la unidad y reforzar la plataforma electoral del partido que en su historia solo pudo consolidarse como tercera fuerza. 

Como si se tratara de un deja vu, durante la plenaria de los senadores de Morena del pasado 31 de enero, Mario Delgado repitió aquel llamado que no fue escuchado años atrás en el Sol Azteca. Pidió que se dejaran a un lado las disputas personales para no “dilapidar el legado” de AMLO y llamó a cerrar filas todos juntos. 

Tribus: ‘Los Chuchos’ / ‘Claudistas’, ‘Ebrardoristas’, ‘Monrealistas’ y ‘Adanistas’

En el PRD se formaron corrientes como Izquierda Democrática Nacional (IDN), Izquierda Democrática en Avance, Izquierda Unida, en apoyo a Alejandro Encinas; la Izquierda Renovadora en Movimiento, de Marcelo Ebrard; y la corriente conocida como “Los Chuchos” de Jesús Zambrano y Jesús Ortega, que se quedó con el dominio del partido.

Tal como ocurrió en aquel momento en el PRD, en Morena empiezan los espaldarazos a las “corcholatas” del presidente López Obrador para la sucesión presidencial: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal. 

Hasta el momento las confrontaciones más visibles han sido las de la gobernadora Layda Sansores, que apoya a Sheinbaum, en contra de Ricardo Monreal, a quien lo ha tachado de “traidor” y lo ha invitado a renunciar al partido tras filtrar en su programa “El Martes del Jaguar”, su cercanía con el dirigente del PRI y exgobernador de Campeche, Alejandro “Alito” Moreno. 

Otro “Claudista” que también se ha lanzado en contra de una corcholata es José Ramiro “Pepín” López Obrador, hermano de AMLO, quien ha hablado abiertamente de su apoyo a Sheinbaum y su crítica a Adán Augusto: ​​“No es que estemos en contra de este paisano que quiere ser presidente, imagínense ustedes, si no pudo con el estado, ¿cómo va a poder con el país?”.

Hasta el momento, son varios los morenistas que han hablado de su filiación con alguna de las “corcholatas”, una movida válida, considerando que muchos de ellos que ya se han definido aspiran a gubernaturas en futuras elecciones.

 

Alianza entre partidos opositores

El PRD que surgió en 1988 de la salida del PRI de personajes como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y posteriormente de Andrés Manuel López Obrador, pactó con sus históricos adversarios. 

  • En 2012 se sumó al Pacto por México para echar a andar las reformas estructurales de EPN
  • En 2018 se aliaron al PAN para impulsar la candidatura de Ricardo Anaya e ir en contra de AMLO
  • En 2020 conformaron la alianza electoral y legislativa de Va por México para frenar las reformas de López Obrador y ganarle a Morena en las elecciones de 2021, 2022 y 2023.

Desde el inicio del gobierno, Morena sumó al PT y al Partido Verde como sus aliados. El Partido del Trabajo fue aliado histórico del PRD y acompañó a AMLO en las elecciones de 2012; pero el Partido Verde había sido hasta entonces aliado del PRI, incluso sus votos fueron definitorios para el triunfo de Alfredo del Mazo en el Estado de México, en las elecciones de 2017.

Tanto el PT como PVEM han anunciado que continuará la alianza rumbo a las elecciones de 2024 y los Ecologistas comienzan a cerrar filas entorno a Claudia Sheinbaum y el canciller Marcelo Ebrard

¿PRIMOR?

Morena también se ha aliado al PRI en alguna batalla. Fue en septiembre de 2022 que Morena apoyó una reforma priista para ampliar el plazo al Ejército hasta 2028. Aunque posteriormente  ya no se supo si la iniciativa salió del PRI o de Palacio Nacional, se habló de un “PRIMOR” para lograr la reforma. 

Morena se ha convertido en poco menos de 10 años como partido político en la primera fuerza política de México, algo que ni en sus mejores años logró el PRD. El reto para el partido fundado por AMLO será sobrevivir y evitar las fracturas una vez que su máximo líder ideológico se retire de la escena pública, ello a partir del 1 de noviembre de 2024, cuando entregue la banda presidencial.

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