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Sara Uribe y Verónica Gerber Bicecci proponen una nueva y fresca lectura de Rosario Castellanos | Video

El primer acercamiento de Sara Uribe (Querétaro, 1978) con la obra de Rosario Castellanos (1925-1974) fue en la secundaria y lo hizo a través de su poesía. Su influencia fue tal que se convirtió en una de las precursoras para que Uribe se dedicara a la literatura.

Dicho está claro que el sello Lumen no pudo encontrar alguien mejor para encargarle la revisión de la obra de la autora de Álbum de familia que hoy circula bajo el nombre Rosario Castellanos. Materia que arde.

Uribe no navegó sola en este proyecto, invitó como cómplice para las ilustraciones a la artista y también escritora, Verónica Gerber Bicecci (1981). Juntas proponen, desde la palabra y la plástica, un nuevo diálogo con una de las voces fundamentales dentro de la literatura nacional.

¿Cómo surgió el libro?

Sara Uribe: Fue una invitación por editorial Lumen, que busca consolidar un proyecto que nació con un libro de Daniela Tarazona sobre Clarice Lispector (Clarice Lispector. La mirada en el jardín). La invitación nos cayó de maravilla, desde la adolescencia yo era lectora de Rosario Castellanos, de modo que vino muy bien escribir sobre su vida y obra en este momento.

Si bien ya habían leído a Rosario Castellanos, el libro plantea otro tipo de conversación con su obra. ¿Qué descubrieron de ella?

SU: Nuestra primera lectura fue en la adolescencia, en ambos casos por la poesía. Yo empecé por una antología publicada por el Fondo de Cultura Económica. Rosario Castellanos, Thelma Nava y Elsa Cross son las tres poetas que me hicieron escribir poesía; y en el caso de Castellanos una de las cosas que más me gustaron fue su lenguaje cotidiano, accesible. Además, habla de cosas cercanas a mí como mujer: su exploración de los roles y de lo que significa ser mujer, amen de los temas amorosos y desamorosos presentes en sus versos. Para este proyecto me propuse leer y releer toda su obra completa, comencé por sus cartas. Fue un reencuentro muy bonito porque lo hice durante la pandemia de modo que mientras estaba confinada. Viajé a través de correspondencia, gracias a eso pude conocerla durante tres procesos de su vida: a los 25 años, cuando se fue como profesora visitante a Estados Unidos y cuando regresó para hacerse cargo de su casa. Respecto a su obra literaria descubrí distintas facetas de escritura que en mi adolescencia no había detectado, eso hizo de la lectura algo muy gozoso.

Verónica Gerber Bicecci: En la secundaria y preparatoria me topé dos libros. Balún Canán lo leí por encargo escolar, pero todavía me resuena porque hasta cierto punto en mi escritura hay un interés por la infancia y aquel título tiene mucho de eso. Tuve la fortuna de que me tocó reencontrarme con Rosario a través de Sara y mucho de lo que descubrí tenía que ver con lo ambas hablamos por teléfono durante muchas horas. Es una escritora mucho más compleja de lo que pensaba en mí adolescencia; sin miedo a decir lo que piensa, eso me parece muy valioso y me interesa mucho aprenderlo de ella.

Además, le tocó una época difícil y muy distinta. Recién el Fondo de Cultura Económica publicó un volumen de sus cartas con Raúl Ortiz y algunas son muy duras sobre temas como la maternidad.

SU: Por desgracia para el libro no tuve acceso a las cartas con Raúl Ortiz, una parte de mi lo lamenta, pero otra lo celebra porque me permite descubrir otras cosas. En las cartas a Ricardo Guerra, leemos algunas dedicadas a Gabriel (su hijo) y encontramos una serie de temas relacionados con la salud mental, sus angustias, la maternidad y el trabajo doméstico, una serie de temas en los que nos podemos ver reflejadas actualmente las mujeres. Sus cartas, ensayos y artículos son reflexiones sobre problemáticas absolutamente vigentes. En su escritura epistolar y literaria hay espejos donde todavía en el siglo XXI podemos mirarnos y encontrar ecos a nuestras preguntas.

El libro propone un diálogo más joven y fresco con Rosario Castellanos, pero ¿consideran que hay algo que no se haya leído bien sobre su trabajo?

SU: Hay un conocimiento general de Rosario Castellanos. No es una escritora, como otras, en el olvido. Se le conoce sobre todo en el ámbito escolar, gracias a que está en la currícula de la secundaria y preparatoria. Sin embargo, creo que la mayoría de las personas han tenido un acercamiento al fragmento de Balún Canán que leyeron entonces. Hay que poner sobre la mesa la complejidad que hay en toda su obra. Hay que apreciarla como una escritora capaz de desarrollar cuatro géneros literarios. Sería importante que nos abriéramos a la posibilidad de gozar de la amplitud de su obra. Rosario no es solo la literatura feminista ni indigenista, ella misma rechazó ese mote. Tampoco es solo la poeta de amor y desamor; hay una serie de temas latentes que nos arrojan luz sobre nuestro presente.

VGB: Creo que podemos repensar las claves de lectura con las que la leemos y revisar lo que nos puede decir ahora a partir de estas claves.

SU: En estas nuevas claves, pude encontrar además de una denuncia de las opresiones, pequeñas redes en las que sus personajas toman agencia sobre sus vidas. Me gustó mucho cambiar estas claves de lectura y detectar estas pequeñas, porque eso era lo que se podía hacer en ese momento, subversiones de algunos de los cambios que más adelante vendrían para mejorar la autonomía femenina.

Claro, porque las claves con las que se leía eran masculinas, de ahí que se enfatizara tanto su indigenismo.

SU: Claro, si hubo un eje o tema en su narrativa, fue su capacidad para detectar las opresiones de mujeres de clase alta, media y en los pueblos originarios. Su mirada siempre estuvo atravesada hacia cómo las opresiones caían en las mujeres.

Seguramente su libro será, para lectoras y lectores, una introducción a la obra de Rosario Castellanos, ¿por dónde entrarle a su literatura?

VGB: Es difícil responder porque depende mucho de le lectore, es decir de la persona que va a empezar a leer y de las intenciones de su lectura. Una puerta siempre interesante será su poesía. Si la intención es leer algo para conocer su universo empezaría por Oficio de tinieblas.

SU: Si van a tomar la poesía, yo diría que Poesía no eres tú, ahí está el recuento de sus libros. Una ventaja de Rosario Castellanos es que la podemos leer tengamos o no dinero, porque su obra está en todas las bibliotecas públicas del país. Para los lectores de blogs y estos formatos pequeños recomendaría los tres tomos de sus artículos recopilados por Andrea Reyes, sus columnas se podrían ajustar a este formato porque ofrece un panorama distinto sobre la época, además de hacer reír, llorar y propone reflexiones que encajan en la actualidad.

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