Jindol ha sido incapaz de comprender por qué su dueña no ha vuelto, y día con día siente la necesidad de salir a buscarla.
Algunos perritos pueden extrañar y buscar a sus dueños aún después de la muerte. Así lo demuestra Jindol, un can de Corea que solía salir a caminar todos los días con su dueña anciana. La acompañaba a todas sus actividades, siempre que tenía que ir a la tienda e incluso hasta el templo a rezar. Desafortunadamente, la muerte de la señora los ha separado.
Jindol ha sido incapaz de comprender por qué su dueña no ha vuelto, y día con día siente la necesidad de salir a buscarla. Frecuenta todos los lugares que visitaba con su ama y no evitar llorar cada vez que no la encuentra; pero no se rinde.
De acuerdo con los dueños actuales de Jindol, que son el hijo y la nuera de su dueña fallecida y quiénes fueron entrevistados para un reportaje especial realizado por SBS TV, el can está un poco enfermo y su edad es avanzada. Por eso ya no le permiten salir solo. No obstante, y sin importar la lluvia o el frío, Jinbol insiste en salir a calle a buscar a su querida anciana. Solo para volver triste y a veces mojado, con sus ilusiones rotas.
Un amor que perdura a pesar de la muerte La historia de Jindol demuestra la fuerte lealtad que pueden sentir los canes hacia sus humanos, sobre todo cuando pasaban todo el día en su compañía. Los vecinos comentan que el día de la muerte de su ama, el perrito lloró lágrimas de tristeza, a pesar de que no comprendía en absoluto lo que estaba pasando; y no se imaginaba que la partida de su ama significa que no la volverá a ver nunca.
Con información Bunko.Pet