El gobierno federal invirtió mil millones de pesos en el Parque Nacional del Jaguar, área natural protegida que se crea en Tulum para la conservación del felino. Pero especialistas alertan que ese proyecto tiene tantas irregularidades que será imposible alcanzar su objetivo. Una de ellas: el parque estará dividido en dos polígonos separados por una distancia de 11 kilómetros y sin ningún tipo de conexión; en medio de ellos cruza la línea de desmonte del Tren Maya.
PLAYA DEL CARMEN, QR (Proceso).– En agosto de 2022 el gobierno federal decretó establecer un área natural protegida para preservar el jaguar y otras especies en 2 mil 249 hectáreas de Tulum. El Parque Nacional del Jaguar estará dividido en dos polígonos, una situación nunca vista porque ambas demarcaciones están separadas por una distancia de 11 kilómetros y no tienen ningún tipo de conexión.
Esta es una de las tantas irregularidades que imposibilitan que cumpla el propósito de conservación de la especie porque, además, en medio de ambas zonas atraviesa la línea de desmonte destinada para las vías del tramo 5 Sur del Tren Maya.
El área natural protegida nacida bajo el nombre de Parque Nacional del Jaguar se encuentra aparejada al proyecto ferroviario. Es uno de los proyectos destinados a proteger el ecosistema de la región anunciados por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ahí, el gobierno federal ha aplicado una mega inversión pública de mil millones de pesos para construir infraestructura. Sin embargo, a casi un año del decreto, en una situación poco usual en el norte de Quintana Roo, cinco jaguares han muerto atropellados en la carretera federal 307, justo en las inmediaciones del área regional que se busca proteger.
Especialistas advierten que ese tipo de casos de muerte del felino más grande de América y de individuos de otras especies podría incrementarse en la zona, pues son animales ahuyentados de la selva por las obras del proyecto ferroviario que se extienden a lo largo de más de mil 500 kilómetros de longitud por toda la Península de Yucatán y parte de Chiapas y Tabasco.
Asimismo indican que las dimensiones del área apenas representan 35% de la superficie idónea mínima para la reproducción del felino. El área ya había sido impactada y especialistas, entre biólogos y juristas en derecho ambiental, la consideran terrenos “reciclados”.
Roberto Rojo García, biólogo presidente del proyecto Cenotes Urbanos, organización civil con intensa actividad de preservación en el norte de Quintana Roo, acusa al gobierno federal de haber creado un paliativo con la instauración de tal parque tras la destrucción de buena parte de la selva que se emprendió para dar paso al Tren Maya hace ya más de un año.
Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2426 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 30 de abril de 2023.