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‘Faustino Chimalpopoca, un poeta vanguardista indígena que obliga a reescribir el canon’: Heriberto Yépez |Video

Heriberto Yépez (Tijuana, 1974) llegó a la obra de Faustino Chimalpopoca (1805-1877), mientras estudiaba náhuatl con el fin de convertirse en traductor del idioma. Durante aquella época comenzó a coleccionar manuales y didácticas coloniales y del siglo XIX.

Un buen día mientras recorría las librerías de viejo en el centro de la Ciudad de México encontró Epítome o modo fácil de aprender el idioma náhuatl o lengua mexicana. Tras varias lecturas de los ejercicios propuestos por Chimalpopoca, un intelectual y traductor demeritado por sus ideas políticas y sus traducciones consideradas demasiado metafóricas, Yépez encontró una poética dentro del manual.

“Mi hipótesis es que lo hizo para albergar su poesía porque sabía que de otra manera no tendría lugar”, sostiene el autor de Faustino Chimalpopoca. La vanguardia clandestina (Matadero), un libro que recupera y reivindica la obra de un intelectual olvidado.

¿Dónde estaba Faustino Chimalpopoca? ¿Por qué no se le conoce?

Por dos razones fundamentales. Una es política, fue parte del gobierno de Maximiliano, eso lo dejó marcado como un traidor a la patria. La otra es el racismo, hay un desprecio claro hacia su figura simplemente por ser un varón indígena. Una de sus labores era ser traductor de documentos del náhuatl al español y sus traducciones fueron desacreditadas porque se les consideraban muy metafóricas. Durante el siglo XX siguió siendo muy estigmatizado. Por otra parte, su obra literaria no fue detectada. Su libro Epítome o modo fácil de aprender el idioma náhuatl o lengua mexicana, es de 1869, y al revisarlo uno encuentra lecciones con ejemplos de diálogos que en realidad son textos literarios, satíricos, incluso homoeróticos. ¿Quién de nuestros críticos iba a asomarse a estos manuales?, y los estudiosos del náhuatl no tuvieron la sensibilidad literaria para verlo. Yo, en Berkeley, a partir de una curiosidad personal recorrí los manuales y didácticas del náhuatl, coloniales y del siglo XIX, así llegué a los textos de Chimalpopoca y pronto encontré algo muy diferente. El contraste me voló la mente: encontré poemas, artefactos literarios trabajados en más de un sentido. Creo que él no habría encontrado forma de publicar sus textos de otra manera, hubiera sido demasiado contrastante con lo que se hacía en su tiempo. Supongo que vio en este manual la única manera de hacerlo. Lo escribió después de al menos dos estancias en Europa. En 1863 fue parte de la comisión mexicana que viajó a Europa para ofrecerle el trono a Maximiliano. Podemos estar seguros de que era un lector de literatura romántica del siglo XIX, es decir era un hombre versadísimo en lo intelectual. Me gustaría subrayar que estos textos por su forma, vocabulario y temática son vanguardistas, comparables con los poemas en prosa de Baudelaire.

Es paradójico que mientras escribe textos irónicos hacia las clases altas, también aspiraba en insertarse en estos círculos. ¿Había una suerte de venganza en su trabajo?

La palabra venganza es adecuada porque él mismo era parte de esa alta cultura. En Noticias del Imperio, de Fernando del Paso, aparece de una manera breve. Chimalpopoca era un letrado y un hombre respetable de su tiempo, pero que cayó del lado incorrecto de la historia, por eso se volvió en una figura irrelevante. Al final de su vida sufría económicamente, sin embargo, tenía una alta idea de sí mismo. Se sentía depositario de una tradición milenaria, pero que no estaba siendo reconocido. Después de muerto fue considerado un mal traductor por León-Portilla y Ángel María Garibay, esa idea se mantiene incluso en Christopher Domínguez Michael. Mi modesta y molesta contribución consiste en decir que es un escritor literario y un vanguardista equivalente a Lautréamont, Baudelaire, a Simón Rodríguez quien en Venezuela también hizo escritura vanguardista a partir de textos literarios. En el siglo XIX hay una vanguardia, gente que rompe con la forma literaria. Mallarmé, como profesor de inglés, también hizo textos poéticos que simulan ser ejercicios de inglés.

Ignacio Manuel Altamirano escribió sobre él. ¿Cómo se llevaba con los intelectuales de su época?

Se nota que son amigos y lo ubica como el gran conocedor del náhuatl. Chimalpopoca se relacionó con los poetas mexicanos de su tiempo y con todos los visitantes que querían saber algo de náhuatl, era quien les traducía. Seguramente a partir de este libro comenzarán a surgir investigaciones y materiales. Yo supe de una tesis en Alemania sobre varios intelectuales, entre ellos Faustino Chimalpopoca. Casi todos los textos conocidos lo ubican como un traductor, un político, un defensor de las causas indígenas y no como un autor literario.

¿Qué tipo de pensamiento político tenía Chimalpopoca?

Es un monárquico moderno. A Maximiliano lo llama Gran Tlatoani, deseaba la restauración de la monarquía y no le da mucho crédito a la democracia. Era una figura mixta, tiene posiciones liberales y conservadoras, como muchos de su época, incluyendo al propio Maximiliano. Es católico y un defensor de lo indígena, para él el náhuatl es tan importante como el griego. Algo difícil de decir es que detestaba a Benito Juárez porque promovió la propiedad privada sobre la propiedad comunal.

¿A pesar de que Juárez era el primer presidente indígena?

Ahora es un mal momento para tener esa discusión, pero políticamente su pensamiento podía ser tachado de reaccionario, supongo que eso pesó mucho para su olvido. Chimalpopoca era parte de los traidores y los reaccionarios, en un México oficialmente liberal.

Lo ubicas como un antecesor de Ulises Carrión o Guillermo Gómez-Peña, otros autores vanguardistas. ¿Crees que ellos lo conocían?

No creo que lo conocieran, estamos hablando de una literatura experimental. Mezcla idiomas, géneros, hay parodia, son textos híbridos. Lo relaciono directo con ambos sin duda. Ulises Carrión hizo poesía que simulaba ejercicios de español o inglés. Los paralelismos son asombrosos, sólo que Chimalpopoca lo hace un siglo antes y con el náhuatl. Mi hipótesis es que hizo este manual para albergar su poesía porque sabía que de otra manera no tendría lugar.

A través de Faustino Chimalpopoca se filtran varias constantes de tu trabajo como el estudio de las vanguardias y de la traducción.

No sé si ha sido un accidente en mi vida, o si inconscientemente hay un interés que me hace llegar a ellos. Chimalpopoca o Ulises Carrión son figuras fronterizas, se mueven entre culturas e idiomas. Cuando un texto pasa de un idioma a otro algo ocurre, hay una pérdida, una adquisición. Un traductor siempre es un tramposo y alguien medio truculento porque siempre mete algo que no estaba en el original y lo inserta a escondidas. Desde mi formación como escritor he tenido mucho que ver con este tipo de figuras aquí en Tijuana, me interesa que no se pierdan este tipo de intelectuales. Para mí Chimalpopoca es más importante que Ulises Carrión, a quien amo y le agradezco muchas cosas. No había un poeta vanguardista mexicano del siglo XIX, si a eso le sumamos que era indígena e hizo poesía bilingüe me parece que ya se voló la barda. Me gusta sacar libros y desaparecer, los que hice sobre Ulises Carrión no los presenté, pero al año o dos años fue un boom a nivel mundial. Calculo que con Chimalpopoca puede pasar algo parecido: primero hay un silencio y después se irá asimilándolo. Las siguientes generaciones tendrán la tarea de reescribir la historia de la literatura mexicana ya con Chimalpopoca adentro. Seguramente yo seguiré escribiendo sobre él, pero tendrán que venir otros, la historia se escribe de manera colectiva. México ha tenido varias explosiones literarias en los últimos años, la de Bolaño, la de los infrarrealistas, después de la Ulises Carrión, ahora la gran explosión de la literatura escrita por mujeres. Hoy para muchas feministas Elena Garro es más importante que Octavio Paz. Hay una agitación muy importante del canon literario: las peleas NexosLetras Libres, la pérdida de importancia de Octavio Paz. Si nos vemos desde afuera, la literatura mexicana ha sido muy emocionante en los últimos años. Yo he sido objeto de censura varias veces por cuestiones literarias, está tan encendido el ambiente que hemos llegado a la censura. Chimalpopoca aparece en un campo de mucho belicismo, creo que al medio literario le tomará tiempo digerirlo y siendo sincero, como viene conmigo como mediador, no será fácil, pero su peso es tan grande que yo terminaré siendo irrelevante. Su relectura dará para mucho.

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