En la remota isla de Chiloé, a finales del siglo XIX, una niña indígena llamada Rosa (Valentina Véliz) vive y trabaja con su padre en una granja. Cuando el capataz, de origen alemán, se ensaña brutalmente con el padre de la protagonista, ella emprende un camino en busca de justicia, solicitando la ayuda del rey de una poderosa organización de hechiceros.
Consciente de que la opresión indígena es todavía una realidad en Chile y el resto de Latinoamérica, el realizador andino Christopher Murray decidió retomar aquel episodio real para filmar Brujería, película que pone sobre la mesa temas como la religión, la identidad y el colonialismo.
No es la primera vez que tocas temas como la religión o la fe, ¿por qué te interesan estos temas?
Hay una inquietud personal sobre cómo estos misterios intangibles circulan en nuestras culturas. Me parece interesante la forma en que el cine puede abordarlos cuando se propone ir más allá del realismo; el cine que intenta ingresar a sitios más etéreos y sobrenaturales para generar cultura es el que más me seduce, incluso me parece fundamental para adentrarse en la historia latinoamericana.
En Brujería es muy explícita la confrontación entre el colonialismo y las culturas originarias.
El proyecto colonial en Latinoamérica sigue presente, por eso la película pese a tratar un tema que ocurrió en 1880 en un proyecto muy concreto y con inmigrantes alemanes que prohibieron una lengua nativa en una región chilena, sigue resonando con la misma violencia en discusiones constitucionales, de reformas a la justicia o sobre cuestiones territoriales. Me parece un tema vivo y por eso me pareció prudente abordarlo.
¿Cómo abordar el tema de los sobrenatural con rigor y respeto?
Ese fue uno de mis mayores desafíos. Mi abuela es de la zona de Chiloé, pero yo soy de la capital. Creo que el cine es una manera de abrirse a mundos distintos a través del diálogo y el respeto. Realicé mucha investigación de campo e intenté involucrar lo más posible a las personas originarias. Quizá suene romántico, pero creo en el cine como una forma de encuentro con las otredades.
¿Qué tan vivo esta este episodio en Chile?
Muy poco, persiste una mirada a Chiloé más folclórica y exótica. Se sabe que es un territorio de mitos, fue un sitio conquistado por españoles, de Galicia de ahí que se le llamó Nueva Galicia. Hay una mezcla de mitos locales con visiones coloniales, lo cual ha producido un sincretismo muy particular, por eso siempre se le ha narrado como un sitio misterioso. El caso del que hablo en la película no había sido tratado desde el cine y es poco conocido, así que para mi es un honor hacer la primera indagación cinematográfica al tema.
Aunque no son pocos los episodios similares en América Latina.
Sin duda, la historia Latinoamérica está llena recovecos que han sido invisibilizados y ocultos. La historia de lo que se cuenta es también la de los artífices de los proyectos colonizadores, por eso me interesaba narrar desde una perspectiva no oficialista.
¿Qué te aportaba contar la historia desde la perspectiva de una mujer como Rosa?
Lo más cómodo habría sido contarla desde la posición del alcalde, pero en un momento me di cuenta de que era muy difícil mostrar a la brujería como algo exótico, ajeno o monstruoso. Para entenderla en su sentido profundo necesitaba de alguien que viviera un viaje de transformación intenso y más conectado con su territorio, así fue como surgió el personaje de Rosa, quien es una niña que transita en un viaje muy radical que va de trabajar en una colonia alemana a colaborar en una organización de resistencia territorial.
La relación entre Chile y Alemania está marcada por varios episodios importantes.
Sí, es una relación complicada. Quizá el primer episodio complejo fue en el siglo XIX, cuando se creó una ley de colonización que permitió que muchos inmigrantes europeos, particularmente alemanes, llegaran a Chile. En el país hay colonias enteras de alemanes y eso ha tenido consecuencias. Chile acogió en su momento nazis fugitivos. Hay un vínculo muy poderoso entre ambos países.
¿Qué papel tiene la fe o lo místico en el ser humano?
Siempre trato de ponerlo en la lógica del misterio o de la búsqueda de sentido. Ahora me interesa como una forma de evadir una mirada antropocéntrica de la vida y desplazar la perspectiva a seres no vinculados con lo moderno. Me interesan cuando tiene una vinculación política, en Chile hay episodios potentes que vinculan al espiritismo con el anarquismo. Hay cruces que parecen insólitos y que me resultan interesantes. Hay algo de chamánico en intentar colocarse en dimensiones en las que uno no suele estar desde la perspectiva occidental. Hoy todavía en Chile es pertinente preguntarse sobre plurinacionalidad, cuáles son los códigos legales entre los pueblos y cómo se resuelven, quería que esos temas estuvieran presentes en la película.