En el año 2008 vio la luz la película Control Total (Eagle Eye) del director D.J. Caruso, un thriller que involucra a dos desconocidos cuyas vidas cambian radicalmente gracias a un robot llamado Aria que vigila y controla cada uno de sus movimientos, llevándolos al límite para lograr su propósito: eliminar al gobierno de Estados Unidos y restaurarlo, ya que así fue programado.
Actualmente, proporciones guardadas, el mundo se enfrenta a un invento que va a revolucionar la historia, tal como ocurrió con la imprenta, la computadora y los teléfonos celulares. La Inteligencia Artificial, a través del ChatGPT, tiene la capacidad de “pensar”, analizar, ofrecer respuestas, conectarse con servidores globales para obtener información y ejecutar tareas complejas con alta rapidez y precisión.
ChatGPT (Generative Pre-trained Transformer) es capaz de escribir artículos que parecen hechos por un ser humano y funciona con un algoritmo de 175,000 millones de parámetros con la capacidad de descifrar cuál será la siguiente palabra a usar por una persona a la hora de escribir.
Hace unos días, más de mil expertos y empresarios alrededor del mundo, pidieron frenar la inteligencia artificial al considerarla una amenaza para la humanidad para poder desarrollar planes de entrenamiento, pues, en este momento, la tecnología está en “una carrera fuera de control para desarrollar e implementar mentes digitales cada vez más poderosas”.
La carta dada a conocer por la organización Future of Life Institute, reveló que “esta pausa debe ser pública y verificable, e incluir a todos los actores clave. Si tal pausa no se puede implementar rápidamente, los gobiernos deberían intervenir e instituir una suspensión”, pues, advierte, estos sistemas pueden plantear “profundos riesgos para la sociedad y la humanidad”.
Un reciente informe del banco de inversión Goldman Sachs señala que la inteligencia artificial podría reemplazar alrededor de 300 millones de empleos de tiempo completo y una cuarta parte de las tareas laborales en Estados Unidos y la Unión Europea, sin embargo, también, representaría el desarrollo de nuevos puestos de trabajo que hasta ahora no existen.
Parece apocalíptico, pero ya existe una gran comunidad de usuarios que han discutido sobre los peligros que representa una rápida evolución de la inteligencia artificial, sustituyendo a personas por robots capaces de hacer decenas de funciones al mismo tiempo y “dominar” en el futuro con acciones como el control de sistemas críticos como los de energía eléctrica, agua potable, producción de alimentos, medicamentos y recursos básicos para la humanidad.
Entre los riesgos previstos es la generación de información errónea, la manipulación de la misma y el desarrollo de tecnología de videovigilancia que impactaría en la privacidad.
Mediante estos sistemas de inteligencia artificial, se podría seguir cada movimiento humano y en caso de no cumplir con patrones establecidos, se podrían detectar y detener antes de que ejecutar cualquier acción.
Resulta tan preocupante para millones de personas que el gobierno de Italia se convirtió en el primer país en prohibir el uso de ChatGPT, argumentando que la plataforma tiene vacíos legales en la recopilación de datos personales.
Esta acción podría generar un contagio entre otros países de la Unión Europea para que analicen si requieren medidas similares y apliquen lineamientos como el Reglamento General de Protección de Datos que regula a las empresas de inteligencia artificial generativa.